sábado, 15 de julio de 2023

Translation in Chile


Below I will provide information about my first profession, which has allowed me to know a variety of topics, both general and technical.

Translation in Chile, during the 19th century and the beginning of the 20th, had among its purposes cultural dissemination through books, brochures, and also through newspapers and magazines, in which translators acted as intermediaries between the ideas and foreign knowledge, mainly European, and the various groups of readers, intellectuals, students and teachers.

 A few years ago I read the story of a Chilean translator who lived in the United States and worked in that country as a translator, as well as a consultant, based on her experience

 La traducción en Chile durante el siglo XIX se concretó en un amplio abanico de producciones; versiones más o menos literales de obras principalmente francesas e inglesas; literarias y científicas; adaptaciones de textos de instrucción para el contexto educativo, publicadas en libros o folletos; además de reescrituras e imitaciones, publicadas en revistas y periódicos.

 En este panorama, la Universidad de Chile (1842-) jugó un papel fundamental como entidad supervisora de las escuelas primarias, pues se ocupó de encargar y visar las traducciones realizadas con fines educativos. Entre estas, se promovieron obras como las versiones adaptadas para la lectura y aprendizaje gradual de niños de primaria llevadas a cabo por Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888) y Fanor Velasco Salamó (1843-1907); o aquellas destinadas a la formación de profesores, como Manual de preceptores (1845), en versión de Rafael Minvielle (1800-1887), o Curso de pedagogía y metodología (1915), traducido por Brígida Walker (1863-).

 En cuanto a esa especial forma de traducción conocida como "imitación", que consistía en la versión libre o reescritura del estilo de un autor o de una obra en particular, esta característica se indicaba usualmente en los títulos de los poemas o en el índice del medio en el que aparecían. Entre los intelectuales que llevaron a cabo esta práctica, en periódicos y diarios como El Crepúsculo (1843-1844), Revista de Santiago (1848-1855) y El Progreso (1842-1853), se hallan Jacinto Chacón (1820-1898), Hermógenes de Irisarri (1819-1886) y Andrés Bello López (1781-1865).

 Sobre las imitaciones de Andrés Bello se han realizado varios estudios que han puesto el foco en sus reescrituras de Victor Hugo (1802-1885). Llevadas a cabo entre los años 1842 y 1843, estas han sido leídas, por un lado, como creaciones que pueden ser consideradas parte integrante del corpus literario del principal redactor del Código civil chileno y, por otro, como obras que se enmarcaban en las controversias político-estéticas de creación de un lenguaje propio que se fraguaron durante esa década en el Cono Sur.

 Derivadas de estas discusiones sobre una literatura y una lengua americanas que se vivieron en Chile en la década de 1840, se propusieron a mediados del siglo XIX, instancias en las que se impulsó la creación de una ortografía nacional, acorde con el uso del español americano, que fueron lideradas inicialmente por el mismo Andrés Bello y que luego continuó Domingo Faustino Sarmiento.

Estas ideas fueron promovidas con mayor fuerza por el grupo de los néografos chilenos, quienes postularon la necesidad de una reforma radical de la ortografía, basada solo en el criterio de pronunciación de las palabras. Esta nueva ortografía, por supuesto, se extendió también a las traducciones y demás publicaciones que realizaron. Un ejemplo de ello es la reproducción de la traducción de Juan Antonio Pérez Bonalde de The Raven de Edgar Allan Poe (1809-1849), la que reescribieron completamente utilizando su propuesta ortográfica bajo el título de El Kuerbo (Payàs, Gertrudis. "La Biblioteca chilena de traductores o el sentido de una colección". Medina, Toribio. Biblioteca chilena de traductores: ordenada por José Toribio Medina. Santiago: Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, Ediciones de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, 2007, p. 53-54).

 En el ámbito de los estudios de las lenguas clásicas y la traducción literaria, en el año 1902, el sacerdote chileno de origen alemán, Guillermo Jünemann (1856-1938), publicó en la ciudad de Concepción una versión directa desde el griego de La Ilíada de Homero, traducción que constituye el más temprano antecedente de una versión castellana del clásico homérico en el contexto latinoamericano.

Gran parte de esta producción realizada durante el siglo XIX y comienzos del XX fue catastrada por José Toribio Medina (1852-1930), quien en 1924 publicó Biblioteca chilena de traductores. Este catálogo reunió referencias de las traducciones llevadas a cabo en Chile en formato libro o folleto entre los años 1820 y 1924. La mayoría de estas obras fueron originalmente publicadas en francés, aunque también se registraron otras traducidas del inglés, el italiano, el alemán, el portugués, el catalán, el latín y el griego.

 Entre los traductores que registró Toribio Medina se hallan los nombres, principalmente, de intelectuales que ejercieron este rol como un trabajo complementario al resto de sus obras, entre los cuales anotó a Andrés Bello, Diego Barros Arana (1830-1907), Guillermo Matta (1829-1899), Zorobabel Rodríguez (1839-1901), Nicolasa Montt Barros (1857-1924), Eduardo de la Barra (1839-1900), José Antonio Torres (1828-1864), Fanor Velasco, Hermógenes de Irisarri, Valentín Letelier (1852-1919), Ernestina Pérez Barahona (1865-1951), Delfina María Hidalgo (1862-1940) y Brígida Walker.

 Este registro, no obstante, no incluyó traducciones publicadas en medios periódicos, por lo que no aparecieron todos los traductores que con su trabajo aportaron a la difusión de ideas. Entre las más notorias elisiones, se encuentra el caso de Martina Barros Borgoño (1850-1944), considerada la primera intelectual chilena y una de las precursoras de los feminismos en Chile, quien, entre 1872 y 1873, publicó por entregas en la Revista de Santiago (1872-1873) su traducción de The Subjection of Women de John Stuart Mill (1806-1873), bajo el título La esclavitud de la mujer. Tampoco incluyó las traducciones desde el castellano al mapudungun o mapuzungun realizadas por Manuel Manquilef (1887-1950) de la poesía de Samuel A. Lillo (1870-1958), ni sus traducciones desde el mapudungun al castellano realizadas en el ámbito de los estudios de folclor hacia el comienzo del siglo XX, publicadas por intermedio de la Revista de Folklore Chileno.

 Cronología

 1812    3 de septiembre. Aparece la primera traducción de Camilo Henríquez en La Aurora de Chile del discurso Aeropagita de John Milton.

1820    Se publica la traducción del Diccionario portátil, filosófico-político nacional de Brobonet realizada por traductor un anónimo y Un año de la vida del Emperador Napoleón hecha por D. J. I., traducciones que se registran como las primeras en la Biblioteca Chilena de Traductores de José Toribio Medina.

 1842    Entre 1842 y 1843 aparecen imitaciones de poemas Victor Hugo escritas por Andrés Bello en El Museo de las Américas, El Progreso y El Crepúsculo.

1843    La Universidad de Chile se hace cargo de la supervisión de las escuelas primarias.

1844    1 de enero de 1844. Jacinto Chacón publica en el número 9 de El Crepúsculo "La tumba dice a la rosa".

 1844    Domingo Faustino Sarmiento publica La conciencia de un niño y Vida de Jesucristo, traducciones del francés para el uso de las escuelas primarias, que se continuaron utilizando en las escuelas durante el resto del siglo XIX.

1845    Rafael Minvielle traduce Manual de preceptores, con el subtítulo "Traducido libremente y adaptado para los de las escuelas de Chile".

 1846    Rafael Minvielle traduce El libro de las madres y de las preceptoras. Sobre la educación práctica de las mujeres, que adapta al contexto chileno, según "nuestras costumbres y creencias".

 1872    Martina Barros Borgoño comienza la publicación de la traducción del libro The Subjection of Women de John Stuart Mill, bajo el título La esclavitud de la mujer, en la Revista de Santiago.

 1886    Delfina María Hidalgo publica una serie de traducciones de corte cristiano y moral en Valparaíso, entre 1886 y 1887.

1888    José Abelardo Núñez asume como Inspector General de Educación y en este rol promueve la publicación de libros para la lectura en las escuelas primarias, algunos de los cuales traduce él mismo.

 1890    Nicolasa Montt traduce del francés Elena, de Mme. Gransart.

 1895    Nicolasa Montt publica la traducción de Tres meses de vacaciones de Nanine Sauvestre.

 1899    Se publica la traducción de El Demonio del dinero, por Enrique Conscience.

 1901    Aparece el primer libro de la colección de textos de lectura Curso moderno de lectura: libro I: los seis cumpleaños, traducido por Fanor Velasco, del original en inglés Little Susy's Six Birthdays (1853) de la estadounidense Elizabeth Prentiss (1818-1878).

 1902     Guillermo Jünemann publica en Concepción la traducción directa desde el griego de La Ilíada de Homero.

 1903    Como continuación del Curso de lectura moderna, Fanor Velasco publica la segunda y tercera parte Curso moderno de lectura. El Libro II: Historias de aves i animales y el Libro III: las cosas del aparador. Además, traduce Económica del comercio, traducción del libro de Henry de Beltgens Gibbins y Nociones de filosofía natural del inglés Thomas Henry Huxley (1825-1885).

 1915    Brígida Walker, directora de la Escuela Normal N°1, traduce Curso de Pedagogía y metodolojía de Jean Aubert, bajo el título de Curso de pedagogía y metodología: adoptado por el gobierno belga para el uso de sus escuelas normales.

 1920    Ernestina Pérez Barahona viaja por segunda vez a Europa. En Alemania, publica Lecciones de ginecología, prologado por el doctor Leopoldo Lardau.

https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-598669.html#documentos

 Consejos básicos para traducir un texto

 1) Analiza el texto original en su totalidad

Se recomienda  leer el texto varias veces para que te familiarices con ciertos puntos o ideas que vas a necesitar a la hora de redactar como: el tema, el estilo, los términos técnicos, el contexto social/cultural del escritor.

  2) Obtén la idea general y la forma del lenguaje

 Es indispensable saber cuál es la idea principal, así redactarás con mayor facilidad. Del mismo modo, debemos mantener el mismo tono del escrito y tener siempre presente a qué público te estás dirigiendo. Puede ser que te estés refiriendo a un comité oficial o tus colegas de oficina. Según el caso, podrás usar diferentes términos como “tú”, “usted”, entre otros.

  3) Pon a prueba tu conocimientos

 Así como tienes que saber a quién te vas a dirigir, debes conocer el lenguaje a emplear en la traducción, por ejemplo: técnico, científico, literario, etc. Es normal encontrar algunos tecnicismos cuando estamos haciendo la transcripción: subraya y anota las palabras que desconozcas. Si el tema es totalmente nuevo para ti, te sugerimos que investigues a profundidad acerca del tema y puedas obtener un mayor entendimiento. Consigue ayuda de una persona que conozca de la materia para que tengas una fuente confiable de apoyo. Buscar en internet también es una opción, siempre y cuando sean páginas confiables.

  4) Escribe sin detenerte para editar

 Una de las situaciones que se experimenta en el momento de traducir, es que te bloquees con una palabra que no conoces en inglés. Puedes buscar su significado; sin embargo, si no captas la esencia de la oración original, escribe tu interpretación acerca de lo que quiere decir, de tal manera que sigas transcribiendo sin necesidad de parar. Cuando termines de escribir, ten información a la mano para que puedas corroborarla y así comiences a editar con más precisión lo que escribiste.

 5) Si hay más texto traducido que en el original, es normal

 Cuando estés traduciendo, notarás que en el texto que estás escribiendo existe una diferencia de tamaño con el texto original. Es común que uses más palabras para transmitir una misma idea de forma natural. Por esa razón, el texto traducido no será como una traducción literal de lo que estaba escrito en inglés.

  6) Adecua las frases con sus términos respectivos

 ¿Tienes problemas de adecuar algunos significados con sus respectivos términos? No te preocupes, existen algunas palabras en inglés y en español, que se dicen casi igual. Buscar en internet es una buena idea para encontrar y/o verificar las palabras técnicas en inglés y conocer su similar en español (en el caso que exista). Por otro lado, si conoces a alguien que conozca el tema, le podrías pedir ayuda.

  7) Adapta el texto como un nativo de lengua española lo interpretaría

 Cuando conozcas sobre cómo tienes que comunicarte y la forma gramatical en que lo harás, y dependiendo de la libertad de la traducción, puedes agregar tu estilo de escritura al texto. Redáctalo a tu manera para que se escuche o se lea de manera natural y esta se diferencie del texto original.

 Te será necesario usar diccionarios tanto físicos como virtuales para emplear bien los términos que usarás a lo largo del trabajo; si tenemos que buscar la traducción de una palabra al español, utilizaremos el diccionario de Cambridge; si queremos saber el significado de un término, usaremos el diccionario de la Real Academia Española. Finalmente, también podremos usar un diccionario de sinónimos y antónimos, para mejorar un poco el léxico.

8) No traduzcas literalmente, interpreta sus significados

La importancia de la traducción radica en cómo se interpreta un texto o una frase dándole una coherencia en lo que se desea comunicar. No tienes que hacerlo todo al pie de la letra. Expresa lo que quiso decir el autor. Si existe algún “idiom” dentro del texto, búscalo en internet y dale forma.

9) Relee y revisa lo que has escrito

 Un buen consejo dentro de la redacción en general, es dejar el texto “enfriar” por un momento y luego revisar varias veces para que hagas las correcciones correspondientes . ¡Tómalo en cuenta!

 10) Sé fiel al escritor

 Dependiendo del caso, puedes agregar tu estilo o ser fiel al estilo del autor. Si optas por lo segundo, trata de hacer lo posible tal y como el escritor narró el texto: usando sus expresiones coloquiales, frases, etc. En pocas palabras, se el escritor usando tu idioma natal.

My specialist teacher, when I studied translation, said: Don't be "Tradutore Traditore", to translate is to bring the same content from one language to another, as the author did it.

Fuentes: Información y experiencia personal

https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-598669.html

https://blog.britanico.edu.pe/10-consejos-basicos-traducir-texto/


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